Sábado, 13 de Abril de 2024
El ‘capricho’ de Felipe V celebra su 300 aniversario
El Palacio Real de La Granja cumple 300 años de historia, desde aquel 1724 en el que Felipe V, tras la muerte de su hijo, el sucesor al trono de la Corona española, se instala para llevar la Corte real desde la provincia de Segovia, abandonando la ciudad de Madrid. Entonces, según el historiador y cronista oficial del Real Sitio de San Ildefonso, Eduardo Juárez, se plantea un edificio privado para el rey de España “una de las razones por la que la fachada principal da hacia dentro de los jardines”. Este espacio, hasta el 1724 va a ser una morada privada y, a partir de esta fecha, “se convertirá en un Palacio Real”.
Dentro de la edificación planteada en una superficie de 147 hectáreas, tanto Juárez como la conservadora de Patrimonio Nacional, Virginia Albarrán, coinciden en que los jardines barrocos “es lo más singular del palacio”, además de la obra monumental de los juegos de agua y el sistema hidráulico que “singulariza este espacio incrustado en mitad de la Sierra de Guadarrama”, a más de 1.200 metros de altitud, lo que le convierte en un lugar “único en el mundo”. En su inicio el palacio, entendido como un lugar de retiro, “era mucho más pequeño”, se encargó al arquitecto español Teodoro de Ardemans y, partiendo de lo que sería el núcleo de esa granja utilizada por los Jerónimos del Parral, se hace un palacio cuadrado “con cuatro torres, cubiertas con chapiteles de pizarra y siguiendo la tradición arquitectónica española” tal y como explica Albarrán. “Lo que verdaderamente quiere el rey es el jardín”, asegura la conservadora, por lo que se plantea un jardín “fantástico”, encomendado su trazado al arquitecto René Carlier.