JL Leal /ICAL - Belén de la asociación Belenística La Morana en la iglesia de la Magdalena de Zamora
ZAMORA - CULTURA
Domingo, 8 de Diciembre de 2024

Cuando un humilde belén se convierte en arte

Juanma de Saá - La Agrupación Belenista ‘La Morana’ celebra su vigésimo quinto aniversario y diseña e instala cinco espectaculares montajes en cuatro provincias

Románico, modernismo, poesía, escultura, pintura…Zamora cuenta con numerosos marchamos que convierten a la capital y la provincia en uno de los destinos perfectos para disfrutar y asombrarse por su ingente sustrato histórico y artístico. En ese gran capítulo cultural figura, también con mayúsculas y por méritos propios, el belenismo.

Esa muestra palpable de la religiosidad está marcada a fuego en el sentir popular mucho antes de que recibiera la declaración de Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial por “trascender lo estrictamente religioso” y ser “un hecho sociológico, muestra de una identidad colectiva”, según destacó en 2022 el Gobierno de España.

La tradición de poner un nacimiento empezó en lo que hoy es Europa durante la Edad Media y ha llegado a convertirse en un arte con personalidad propia y absolutamente especializada, que suscita un creciente interés y que tiene como uno de sus principales exponentes a la Agrupación Belenista ‘La Morana’, constituida en Zamora hace un cuarto de siglo y que, entre sus múltiples actividades, tiene a gala realizar algunos de los montajes más importantes de España. Para estas navidades, La Morana se encargó de diseñar e instalar dos belenes en Zamora y sendos montajes en Vigo (Pontevedra), Salamanca y Palencia.

“Se trata de potenciar una manera de vivir la Navidad, de sentirla y expresarla y, para nosotros, es reconfortante saber que hay familias que no ponen un belén en sus casas y que no irán a la Misa del Gallo pero que, con nuestra pequeña aportación, se llevan consigo una visión del nacimiento de Jesús, que es el hecho que prevalece para nosotros”, afirma el presidente de la Agrupación Belenista ‘La Morana’, Francisco Iglesias.

Casa das Artes

El primer belén de la temporada navideña desplegada por La Morana fue inaugurado el pasado 17 de noviembre en la Casa das Artes de Vigo (Pontevedra). Se trata del quinto montaje consecutivo que la agrupación lleva a Vigo, en esta ocasión, con el título ‘O belén napolitano’, una exposición con una escenografía de 20 metros lineales, 600 metros cuadrados, y unas 300 piezas de diferentes artesanos napolitanos en activo.

“La muestra está dotada de espectaculares efectos de iluminación y sonido, un documental sobre la tradición actual del ‘presepe napoletano’, una zona para descubrir el origen y características del belén napolitano, un belén infantil interactivo, ‘photocall’, buzón real, galería gráfica de los personajes del belén a tamaño real y una zona infantil de actividades plásticas para las visitas escolares”, describe Francisco Iglesias.

El belén de Vigo apunta a descubrir la tradición del belén napolitano a través de varias áreas, desde un documental en el que se ve trabajando a los artesanos, creando y vistiendo las figuras, preparando las escenografías hasta un apartado en el que se muestra el origen de la tradición del belén napolitano. Ese origen, a finales del siglo XVII, coincide con la presencia española en Nápoles.

“La fama del belén napolitano que a todo el mundo le suena se origina cuando está allí el virreinato el hijo de Felipe V, conocido en España como Carlos III quien, cuando vuelve de Nápoles, se fomenta desde la corona ‘alla maniera spagnola’, trae esa tradición que él mismo ha impulsado allí”, relata. 

El belén forma parte del enorme y sumamente mediático entramado navideño promovido por el concello vigués, encabezado por su alcalde, Abel Caballero, promotor de un despliegue de iluminación que atrae la atención de cientos de miles de visitantes.

“A Vigo nos desplazamos diez personas para el montaje, que llevó semana y media, pero hay otros belenes que precisan que vayamos más de 30 miembros de la agrupación. Además, llevamos todo desde Zamora, incluyendo gráfica, impresiones, rótulos, carpintería, pintura y sonorización, todo con empresas zamoranas”, destaca Francisco Iglesias.

La Magdalena

El segundo montaje instalado por La Morana fue el de la iglesia de La Magdalena, en la capital zamorana, un belén tradicional “a la hebrea”, con arquitectura, paisaje y vegetación que responde a la reconstrucción del momento del nacimiento de Jesús y en el que destacan las figuras de 80 centímetros, obra de José Luis Mayo Lebrija. 

El trabajo de este artista toledano, considerado la última palabra para los belenistas, no pasa desapercibido para ningún visitante. De hecho, si Mayo Lebrija hubiera nacido en Italia en pleno Renacimiento, no sería exagerado pensar que se habría codeado con escultores como Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Brunelleschi o Ghiberti.

La Agrupación Belenista ‘La Morana’ cuenta con más de 300 socios que trabajan no solo en los belenes, sino en decenas de actividades culturales de todo tipo que se desarrollan cada año, desde la Cabalgata de Reyes hasta talleres de cocina tradicional y cursos de bailes e instrumentos tradicionales, pasando por artesanía textil, bordado a máquina e indumentarias, entre otras.

Preparación y embalaje de las piezas, atrezo, instalación eléctrica, elementos móviles como molinos y norias, rotulación, tarea previa de documentación e investigación histórica, gestión, programación, limpieza y contratación de seguros. El volumen de trabajo es ingente y exige una coordinación perfecta para minimizar los imponderables. “Tenemos que asegurarnos de que el recuento es exacto para no llevar cuatro reyes magos a Vigo y dos, a Salamanca”, bromea el presidente de la agrupación.

Diputación de Zamora

En cualquier caso, a pesar de la calidad y las dimensiones de los montajes realizados por La Morana, para el público zamorano, la atención se centra en el belén ‘de la Diputación’, instalado en la iglesia de La Encarnación, esta vez, bajo el epígrafe ‘Con buena devoción. Belenes barrocos’, que podrá visitarse hasta el 6 de enero de 2025.

En la Navidad de 1673, el merino mayor Antonio Moreno de la Torre describió en su diario como la costumbre de visitar los nacimientos era ya “una cita muy popular” en la que participaba toda la sociedad zamorana, según reza la introducción al montaje de La Encarnación.

La lectura de esta semblanza literaria que refleja la vida cotidiana y las costumbres de la Zamora de finales del siglo XVII sirve de contexto para adentrarse en la riqueza visual de los personajes principales y secundarios del Belén, su ambiciosa lectura teológica y llegar a imaginar la complejidad escenográfica que planteaba la singularidad creativa de su instalación. 

A través de cuatro ámbitos nos acercamos al contexto histórico y artístico de la tradición belenista de aquella época, adentrándonos en las clausuras y parroquias, la Catedral, los montajes particulares y domésticos y el Belén de Palacio, recreado para la ocasión sobre la vista de la ciudad de Zamora dibujada en 1751 por Joseph Augier. 

“Este belén está configurado como el broche de oro de estos 25 años que cumple La Morana, la clausura del aniversario, con una exposición muy seria y ambiciosa. Muchas entidades han cedido piezas y hemos procurado que llegue de forma visual a la gente para hacer ese viaje en el tiempo hacia finales del siglo XVII, un momento de esplendor del arte y de las tradiciones, entre las que figuraba la Navidad”, señala Francisco Iglesias.

El montaje de La Encarnación cuenta con piezas cedidas por el Cabildo de la Catedral de Zamora -que suele pasar desapercibido en la seo y que cobra una impresionante relevancia-, el Museo Etnográfico de Castilla y León; la Colegiata de Santa María La Mayor, el Monasterio de Clarisas Descalzas del Corpus Christi – Convento del Tránsito, el Convento de la Purísima Concepción de Mercedarias Descalzas, el Convento de San José de Madres Carmelitas Descalzas y el Monasterio de Sancti Spirítus el Real de Madres Dominicas, de Toro; el Monasterio de la Purísima Concepción – Franciscas Descalzas, de Salamanca, la Colección Hernanz Casado y la Colección Menga – Arte y Etnografía.

Diputación de Salamanca

El montaje instalado en el Palacio de La Salina, en Salamanca, se inauguró el 29 de noviembre, “un clásico” para la Agrupación Belenista ‘La Morana’, para la Diputación de Salamanca. “Es un belén histórico hebreo en las arcadas. Es el único que montamos en el exterior. Este año ha hecho mucho mejor tiempo pero, otras veces, teníamos que hacer turnos para poner a calentar las manos porque hacía un frío tremendo”, recuerda. 

“Ellos crean una iluminación específica para el patio y hemos conseguido que ver ese belén forme parte de la navidad salmantina. El primer año que montamos allí, hubo 20.000 visitas y el año pasado, llegó casi a 90.000. El público reacciona y es consciente de lo que ve cuando ofreces un trabajo de calidad, con una apuesta en escena trabajada y buenas elecciones de figuras”, valora.

Lo cierto es que La Morana ha conseguido suscitar la atención para cada uno de sus montajes y la Diputación de Salamanca ha integrado el belén en una programación con conciertos navideños en el propio patio que, “junto con la iluminación, refuerza la presencia” del montaje. “El ocio navideño está en pleno redescubrimiento de la tradición y le da un protagonismo especial”, apunta Iglesias.

Diputación de Palencia

El quinto montaje diseñado por La Morana este año es el promovido por la Diputación de Palencia e instalado en el Centro Cultural Provincia, una sala de exposiciones que presenta un nacimiento de más de 40 metros cuadrados realizado con figuras de Olot de 60 centímetros.

El nacimiento recrea el pueblo de Belén, la fortaleza de Herodes y el portal, con vegetación natural y artificial, juegos de agua real en movimiento con escenas e la Natividad de Jesús, la anunciación y llegada de los pastores a Belén y la caravana de los Reyes Magos.

“Hemos creado diferentes objetos asociados al patrimonio arqueológico de la provincia de Palencia, como un mosaico de la villa romana de La Olmeda, una pieza de vidrio y cerámicas que la gente identifica con facilidad. Hay una pequeña interacción con el público, que recorre visualmente parte de su propio patrimonio. Hay detalles como un broche romano en el pecho de Baltasar una especie de fíbula”, detalla Francisco Iglesias.

Cada montaje ideado, diseñado e instalado por la Agrupación Belenista ‘La Morana’ ofrece una particular visión de las principales escenas navideñas, con multitud de detalles específicos de cada territorio y con el denominador común de destacar la “esencia” de la Navidad, con el hecho religioso y la religiosidad popular como puntales. 

“Es cierto que hay riesgo de caer en el poblado navideño, la ciudad de hielo, la estampa invernal, con recreaciones paisajistas en las que se aparta el hecho religioso pero, en realidad, se trata de la rememoración plástica de la primera Navidad, origen y sustrato de esta tradición”, advierte.

En este sentido, el presidente de La Morana, consciente de que los montajes de la Agrupación están a la altura de los que podrían instalarse en cualquier gran capital del mundo, insiste en que el belén es “protagonista” para los integrantes de la agrupación, sobre todo desde su justificación religiosa. “El pesebre, los personajes evangélicos, las escenas tradicionales y costumbristas, siempre con el nacimiento de Jesús como auténtico corazón de la Navidad”, concluye.