ICAL - Varias procesiones de Castilla y León, especialmente algunas de las más recientes, nacen con un fuerte vínculo con la Semana Santa andaluza, lo que despierta nuevas vocaciones costaleras y un contrapeso de voces críticas en la Comunidad

Castilla, una vez, llegó a ocupar con su corona todo el centro y el oeste de la actual España, desde el Principado de Asturias hasta el entonces conocido como Reino de Sevilla. Una influencia norte-sur que ahora comienza a revertirse en una de las tradiciones centenarias de la cultura peninsular, la Semana Santa, de la que Castilla y León siempre ha sido referencia junto a Andalucía, cuyo peso comienza a sentirse entre algunas de las nuevas hermandades y cofradías del territorio castellano y leonés. Una inspiración sureña que despierta nuevas vocaciones en la pasión castellana, que incluso reclama que el origen de ese estilo estuvo aquí, pero que también cuenta con voces críticas que lamentan que la raigambre y el acervo de silencio y hombro pueda verse subyugado, progresivamente, por la cultura de la Semana Santa andaluza.