BURGOS - CULTURA
Domingo, 6 de Julio de 2025

Julio sabrá a alitas y rock: el Pollogómez calienta motores en Villangómez

Tamara Rubio Martínez - El festival celebra su 16ª edición con cambio de fechas, conciertos de 'La Fuga' y 'Los de Marras', tributos, arte urbano, actividades infantiles y su tradicional asado de alitas

El Festival Pollogómez, uno de los eventos musicales más singulares del medio rural en la provincia de Burgos, celebra este verano su 16ª edición con grandes novedades. La principal, según confirma un miembro de la junta directiva del festival, Roberto Nebreda, es el cambio de fechas: “Hemos pasado de finales de agosto a finales de julio. Con ello creemos que el festival va a tener bastante aceptación, y por el número de entradas que se están vendiendo vemos que es verdad”, afirma.

La decisión, explica Nebreda, responde a una estrategia para garantizar más afluencia: “Gómez siempre ha sido en el último fin de semana de agosto, pero lo hemos adelantado a julio para garantizar más presencia de gente”.

En cuanto a la programación, el cartel de este año incorpora dos grupos de renombre a nivel nacional: ‘La Fuga’ y ‘Los de Marras’. “Este año tenemos dos grupos importantes de nivel nacional. ‘La Fuga’ será el viernes y ‘Los de Marras’ el sábado. Lo han publicado ellos en sus páginas, aunque nosotros oficialmente lo sacaremos el lunes o martes”, matiza, dejando la puerta abierta a que la información ya se difunda, aunque aún no sea oficial por parte de la organización.

Por ahora solo están disponibles los bonos para los dos días, a través de la plataforma Eventi, y la entrada de día se pondrá a la venta la próxima semana. 

Pero el festival no solo mira al panorama nacional. Fiel a su esencia, mantiene su apuesta por los artistas de Burgos. “Siempre apostamos por dar voz y espacio a grupos emergentes de Burgos. O ya no tan emergentes, pero siempre de aquí”, destaca. En esta edición estarán ‘Sí o Qué’ —cuya cantante está colaborando con La M.O.D.A.—, Nacho Pistacho, Black TV, Guilter y el DJ David Zerba.

Otra de las señas de identidad del festival son los grupos tributo, que siguen funcionando con gran acogida entre el público. “Este año tenemos dos tributos: uno a ‘Ska-P’, que se llama ‘Gato López’ y es oficial, con tres o cuatro miembros de la banda originaria, y otro a ‘Estopa’, ‘Repartiendo la Pana’”, señala.

Alitas, arte y actividades

El festival mantiene también su tradición más sabrosa: las alitas asadas. “Es una seña de identidad del festival. Este año se asarán en torno a 800 kilos de alitas”, recuerda Nebreda, subrayando uno de los atractivos más esperados por los asistentes.

Entre las novedades logísticas, se incorporan autobuses de ida y vuelta al recinto tanto el viernes como el sábado, además de una zona de acampada equipada con duchas y baños. “Está todo preparado para que la gente esté a gusto”, asegura.

La propuesta cultural también se amplía con el regreso de Little Chicken, una actividad paralela pensada para los más pequeños. “Es un festival para niños que se celebra el sábado por la mañana, con 10 o 12 talleres. En redes sociales ya está disponible el cuestionario para inscribir a los niños”, detalla. Este espacio infantil se retoma tras dos años sin celebrarse.

A esto se suma un mercado de artesanía, que tendrá lugar el sábado de 12:00 a 22:00 horas en el espacio Mercado 2.0 de Bianco, con la participación de artesanos locales.

El arte urbano también vuelve a estar presente. “Durante la semana previa al festival se va a pintar un nuevo mural. El artista es Mark Calde, su Instagram es @m.calde”, apunta Nebreda. Esta nueva obra se sumará a los aproximadamente 50 murales que ya decoran Villangómez: “No sé el número exacto, pero siempre digo que hay unos 50. En la web del festival están todos”, explica.

Un festival con raíces

La edición de 2024 atrajo a unas 2.000 personas, una cifra que esperan igualar o superar este año. “La venta anticipada online está yendo muy bien. Aunque en Burgos mucha gente compra a última hora o en taquilla, el recinto es muy grande, no creemos que haya problema”, comenta.

El Pollogómez ha evolucionado mucho desde su primera edición: “Se empezó como un festival de folk entre la gente del pueblo, en la plaza, asando cuatro alitas y con unos grupos. Y hemos llegado a traer bandas de tirada nacional y hasta internacionales, como ‘Talco’ el año pasado”.

Sin embargo, el crecimiento también implica más dificultades. “En algún momento entendemos que hay que parar, porque es muy difícil gestionar todo un festival. Todo es carísimo: seguros, seguridad, ambulancias… Todo eso no da dinero y cuesta mucho. El festival por sí solo es casi insostenible. Hay ayudas, pero si fueran más, serían agradecidas”, admite.

Con 16 años a sus espaldas, el Festival Pollogómez es hoy un símbolo de la cultura rural en la provincia de Burgos. “Hay festivales que empezaron y ya no están. Nosotros seguimos aquí. Todos los que organizamos festivales en pueblos te van a decir lo mismo: es muy difícil, pero merece la pena”.