Se reconoce admiradora de los cuentos y los cuentistas, un género literario que en Argentina tiene una gran tradición. Por eso sus primeros escritos fueron breves, como aquellos que devoraba. Lo que no podía imaginar Magalí Etchebarne (Buenos Aires, 1983), según reconoce, es que iba a ganar un premio del prestigio del Ribera del Duero de Narrativa Breve gracias a su amor por ese género. Aunque desconocida en España, como ella misma confiesa entre risas, su obra ‘La vida por delante’ llegará el próximo mes de mayo a las librerías para que los lectores españoles descubran cuatro historias marcada por la fuerza de sus personajes.

Cuatro historias con distintos personajes, pero que hablan de sentimientos y emociones comunes a todos. ¿Cómo se logra dotar de voz propia a elementos que son recurrentes en la literatura?

Más allá del tema abordado, siempre me resulta importante encarar la escritura desde los detalles, desde algún personaje en particular o desde alguna escena que me despierte el germen de la escritura... Los temas me surgen después, cuando releo y me doy cuenta de sobre qué estoy trabajando, pero en realidad el origen son pequeñas cositas: escenas, conversaciones, discusiones, frases, imágenes… Eso es lo que quizás marca el relato de los narradores y de los personajes. Me parece que la peculiaridad en general está dada por lo que uno elige, por dónde elige poner el ojo. Hay una frase muy linda de Claire Keegan, una una escritora irlandesa que me gusta mucho, que dice que ‘los personajes son lo que miran’. La escritura, al final, es qué mira cada uno y cómo lo mira, cómo ha contado ese detalle. A mí el trabajo de la escritura se me da así, pensando en sobre qué voy a poner la la atención.