
Viernes, 18 de Abril de 2025
Una tradición llena de olores
Los sentidos se erigen como mecanismo fisiológico de la sensación del ser humano y los cinco diferenciados garantizan la percepción, el disfrute y entendimiento de las procesiones y cultos que engloban a la Semana Santa. El oído, la vista, el tacto y el gusto se complementan gracias al olfato, dado que se consigue percibir y sentir una atmósfera impregnada por inciensos, elementos esenciales del sentimiento cofrade y del calvario, muerte y resurrección.
Unos olores que desprenden religiosidad, tradición, rigor y sobriedad, aspectos que conocen de primera mano desde la Hermandad Franciscana de la Santísima Virgen de la Piedad, del Santísimo Cristo Señor de la Vida y la Muerte y de San Francisco de Asís, en Palencia capital, quienes no entienden la Semana Santa sin el olor del incienso, algo habitual, pero que, en su caso, es muy empleado en escenario franciscano.