
Sábado, 16 de Septiembre de 2023
Una plegaria por misericordia
Con la mismísima e innegociable muerte acechando al paulatino alumbramiento del alba, los reos condenados al cadalso pernoctaban durante su última noche entre sus medievales muros. Quién sabe si durmiendo al cobijo de su propia conciencia, rogando piedad a Nuestra Señora de la Misericordia, o respetando la debida reflexión ante sus ya juzgadas fechorías para la que, en la creencia de aquel tiempo, eran destinados allí. En cualquier caso, sin posibilidad de apelación y bajo la custodia de los hermanos de la Cofradía del mismo nombre. Corría el siglo XVI, y la pena capital aguardaba a los ajusticiados fuera de la adusta capilla que hoy languidece en su ubicación de la plaza de San Cristóbal a la espera de su recuperación ante la denuncia ciudadana y la advertencia institucional.